jueves, 24 de marzo de 2011

¡ EDUCACIÓN! ¡ EDUCACIÓN!

 Un clamor incesante, un grito desgarrador que se pierde en el desierto. Todos hablan de educación. La educación está muy mal. No hay educación. Los niños y jóvenes no están bien educados. ¿ Y los mayores?Lo primero que habría que preguntarse qué se entiende por educación. Sabemos que la educación está reconocida como un derecho inherente del ser humano en la Declaración de los Derechos del Hombre. Pero ¿ cómo se realiza?. En un artículo publicado  en el suplemento " Empresa "de ABC, el domingo 20 de marzo de este año, se habla de una educación diferente, y dice que las líneas fundamentales que caracterizan el método formativo del Grupo Educacem son " favorecer la formación práctica, intuitiva e interactiva; incentivar el trabajo en equipo, la socialización y establecer objetivos claros que permiten el seguimiento continuo en el progreso educativo de los alumnos." Está muy bien, pero sería un método para educar, para adquirir conocimientos, pero en su esencia ¿ qué se educa?. Siempre me ha llamado la atención cómo los sabios griegos de la antigüedad clásica planteaban la filosofía de la educación. Platón decía que educar " es dar al alma y al cuerpo toda la perfección de que son susceptibles".Que definición tan sencilla y a la vez tan profunda. Sabía muy bien que había que formar al cuerpo, darle la gracia de su figura, hacer un modelo de perfección en todos sus sentidos, prepararlos para la lucha, para las artes, para el deporte. Las obras que nos han dejado son ejemplo de ello. Pero también hablaba de la virtud, del alma, del hombre virtuoso, honesto, del hombre bueno. La educación para los griegos era algo muy noble, la tenían como un elemento fundamental de su propia vida. Decía el poeta Menandro:" Hay un bien que nadie puede arrebatar al hombre, y es la paideia  (educación). Formar al hombre en esa doble vertiente, alma y cuerpo, en su integridad total, era para los griegos el objetivo de toda educación. El Papa Pablo Sexto, en su declaración sobre La Educación Cristiana de la juventud, decía:" Hay que ayudar, pues, a los niños y a los adolescentes, teniendo en cuenta el progreso de la psicología y de la didáctica, para desarrollar armónicamente sus condiciones físicas, morales e intelectuales, a fin de que adquieran gradualmente un sentido más perfecto de la responsabilidad en el recto y laborioso desarrollo de la vida, y en consecuencia de la verdadera libertad, superando los obstáculos con grandeza y constancia del alma."  Estamos enfrascados en dar muchos conocimientos a los hijos y buscamos el método más adecuado para ello. Queremos que sean artistas, deportistas, técnicos, políticos, grandes especialistas en economía, que sean unas grandes lumbreras. Todo eso está muy bien, pero su alma... su espíritu.... su moral.... sus costumbres, su virtud- la areté como educación espiritual según el pensamiento griego, ¿ cómo la formamos? ¿ Qué educación reciben? ¿ A quien corresponde esa tarea?. Echamos la carga al estado y en las instituciones educativas. Ellos tienen gran responsabilidad, pero ¿ y la familia ? ¿ tiene los padres un método, un programa para educar a sus hijos? Señala Pablo Sexto, en la Declaración antes citada, que " el deber de la educación, perteneciente en primer grado a la familia, necesita la ayuda de toda la sociedad". Si queremos educar de verdad debe atenderse en primer lugar a la areté griega- la formación del hombre virtuoso, y debe comenzar por la familia, y a su vez el estado y las instituciones educativas deben entregarse a la tarea de la formación física, intelectual y, como no, moral de los jóvenes. La educación es el mayor tesoro del ser humano. Un país grande se crea y edifica con una buena y excelente educación. No se puede dejar de pensar en lo que decía Menandro, ( poeta griego 343-292 a.C.) " la paideia ( educación) es un puerto de refugio para toda la humanidad."

2 comentarios:

A las 24 de marzo de 2011, 8:17 , Blogger Laura Echeverría Blanco ha dicho...

Muy bien dicho.....
Hace poco leí un artículo redactado con un tono un poco gracioso, pero no por eso sin falta de realidad, donde se hacían la pregunta de ¿que clase de mundo les dejamos a nuestros hijos? cuando la verdadera pregunta que deberíamos hacer es ¿que clase de personas somos y estamos educando para vivir en este mundo? estamos acostumbrados a mirar hacia otro lado cuando de responsabilidades se trata, pero honestamente somos nosotros los responsables del mundo en que vivimos.

 
A las 27 de marzo de 2011, 7:25 , Blogger Unknown ha dicho...

Felicitaciones por el artículo plasma una realidad de la cual todos somos participes pero muy pocos actores en ella. Debemos dejar de ser espectadores y tomar acciones al respecto. Esperamos más reflexiones que nos ayuden a ser mejores en el día a día.

 

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