jueves, 30 de junio de 2011

EL OLIVO DE MENDIA


EL OLIVO DE MENDIA

Es raro no encontrar un pueblo donde  su historia no se mezcle con  la leyenda, la tradición, y la realidad de los hechos. Quizás los hechos sean extraños, raros, y que  su explicación  científica no sea muy convincente, por ahí están. La naturaleza es un enigma. Nadie se sorprende que en la tierra brote una planta, pero el excursionista se sorprende cuando sube el monte escarpado y encuentra signos de vida vegetal, y a veces árboles de cierta envergadura frescos y lozanos. Y entonces viene la pregunta ¿ cómo es posible que en este erial, entre piedras, en este medio de secas rocas salga un árbol ? Algo similar pensaron, quizás, hace más de trescientos años los lugareños de un pueblo llamado Arróniz. No por que sus tierras no fueran fértiles, que sí lo son, sino por lo sorprendente de un olivo que nació entre las piedras de sillería del frontispicio de la ermita del pueblo, MENDÍA, a ocho metros de altura del suelo. Para dar respuesta a  tal real acontecimiento, la leyenda forjó su explicación. Según ella, este arbolito nació el mismo día en que los Regidores de la Basílica Nuestra Señora de los Remedios de Mendía se vieron obligados a vender un olivar propiedad de la ermita, conocido como " olivar de la virgen", para cubrir las penurias económicas. Pero la leyenda no termina ahí. En el pueblo había muchos olivos, pero la Ermita de Mendía era y es el símbolo identificatorio del Arróniz. Es su icono sagrado, puerto, faro, remanso de paz y descanso. Subir a Mendía es buscar la paz, la tranquilidad. Por ello, la gente no comprendía que un árbol pudiera atentar  contra la estructura de la ermita y que con el tiempo se le causaran graves daños, por lo que decidieron poner un remedio, y ahí sigue la leyenda.  Cuentan los lugareños que se decidió cortar el tronco del olivo al ras de las piedras, derramando lugo plomo fundido sobre su cepa. El trabajo fue en vano, ya que la cepa rebrotó con fuerza levantando el tapón de plomo y volviendo a florecer el olivo de nuevo. Posteriormente, y según datos históricos comprobados, durante los años 1830 y 1844, hubo muy grandes heladas por lo que gran cantidad de olivos se helaron, sin sufrir nada el olivo de la Ermita de la Virgen. Pero hay otro olivo de similares características, que brotó entre las cornisas de la Iglesia, de piedras de sillería,  a veinte metros del suelo. Quizás  haya un poco de leyenda en todo ello y que no se pueda llamar el "olivo milagroso", pero ahí está para quien quiera verlos, frescos y lozanos que trascienden el tiempo entre las piedras.  Por otra parte, el aceite de Arroniz es muy bueno, muy especial. Entre su marca insignia está el Aceite Extravirgen Mendía.  Cuando  se hizo el trujal se decidió llamarlo " TRUJAL COOPERATIVO NUESTRA SEÑORA DE LOS REMEDIOS DE MENDIA, y así se llama  en la actualidad, pero con su nuevo complejo, siendo el centro de acopio de unos treinta pueblos de Navarra que llevan la oliva  para su procesamiento. Pero la historia del olivo en este pueblo  no es reciente, ya en 1763 tuvo su primera cosecha de oliva. Posteriormente se descuidó su recolección, pero nuevamente surgió con fuerza llegando a ser hoy por hoy su principal riqueza. El último domingo de febrero de cada año, celebra el pueblo "El Día de la  Tostada", buena oportunidad  para conocer  un pueblo orgulloso de su historia, de su buen hacer, de su riqueza, de su aceite, y sobre todo de su Virgen de Mendía  con su olivo en la Ermita. Porque Arróniz es aceite que nace hasta de entre las piedras.



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