viernes, 21 de diciembre de 2012

EL HOBBI DE PALOMAS MENSAJERAS

Vivimos en una sociedad  de pensamientos tan dispares  que no es de extrañar que se encuentren gustos de todos los colores. Hay todo género de aficiones, pasatiempos y entretenimientos . Para grandes y chicos, para adultos de tercera edad y no tan mayores, para niños y jóvenes. Para ellas y para ellos. Podemos decir que es la botica de los remedios donde cada cual encuentra lo que desea y le gusta. Y está bien que cada quien mediante ese gusto, o entretenimiento, haga uso de su tiempo y disponga a sus anchas de su vida. Hay muchas actividades que absorben a las personas porque necesitan de una  entrega total,  pero que a su  vez les  dan una   gran satisfacción. Uno de  estos hobbi es la crianza, cuido y adiestramiento de la paloma mensajera. Decir palomas mensajeras  no es un simple concepto que ha nacido al albur de los tiempos actuales. Su  historia se remonta a tiempos muy antiguos en donde la paloma ha tenido una importancia excepcional. Sus servicios han sido extraordinarios. Se la ha empleado como  correo en las guerras,  como agente de tráfico de drogas, pero sobre todo es símbolo de paz, de amor, de unión. A través de ella se han hecho  declaraciones de amor, y se les ha empleado soltándolas al aire como homenaje para personalidades en días fastuosos. Ha sido el   correo de buenas y malas noticias. Esta sencilla ave de unos cuatrocientos gramos de peso tiene una resistencia extraordinaria de vuelo, lo hace a alturas excepcionales y tiene un sentido de orientación maravilloso.  La primera noticia que encontramos sobre la paloma, y podemos decir mensajera,  es en el Libro del Génesis, cuando según el relato sagrado Noé suelta una paloma para comprobar si las aguas del diluvio ya habían desaparecido y podía salir del arca. Dice el libro que soltó la paloma tres veces, una volvió pronto porque no encontró donde posarse, pues todavía había agua; la segunda vez  la paloma volvió portando un ramo de olivo con las hojas verdes, señal de que el agua ya había descendido, y la tercera vez  la paloma no volvió, por lo que Noé  comprendió que podía salir del arca. Mito, parábola o realidad, lo que  enseña es que la paloma se tenía como un ave  dócil y de gran utilidad. Desde  tiempos antiguos la historia  ha documentado del uso de las palomas mensajeras. En la mitología egipcia, la paloma estaba consagrada a la diosa Astarté. Los griegos las usaron como medio de correo, y ya en el siglo XII y XIV  también aparece que los árabes  las usaron como correo entre las grandes ciudades.  En la segunda guerra mundial su uso fue frecuente como medio de correo secreto. A cada paloma en servicio se le dio un número de identidad. En una pata se le colocaba el mensaje en código que era descifrado en el lugar de su llegada. Se dio el caso que por circunstancias extrañas alguna paloma no llegara a su destino,  pero recuperado con el tiempo su mensaje, todavía hoy en día el museo de Pigeon en Bletchley Park al norte de de Londres no ha conseguido  descifrarlo. El servicio prestado  por esta sencilla ave ha sido fascinante. Hoy en día el tener palomas mensajeras  es un acto de entretenimiento, un hobbi como cualquier otro, pero de constancia, trabajo, y  trato cariñoso. A las palomas mensajeras  se les prepara para hacer competiciones  de vuelo, entre cuyos  puntos  de partida y el de llegada habrá quizás cientos de kilómetros de distancia. Por ello alguien se preguntará, ¿ cómo es que sirven de correo?. La paloma tiene un sentido de orientación excepcional. Al soltarlas del palomar, ellas vuelven a su casa, diríamos a su hogar, si han sido bien tratadas y alimentadas. El dueño les pone la comida,  limpia el palomar, les pone agua para que se bañen y les da  medicinas para que no se enfermen. Son tratadas con primor. Así pues, cuando son llevadas de su palomar a otro lugar, y son soltadas, aún a grandes distancias, vuelven a su lugar de origen. Así   lo hacían  en las competiciones olímpicas de la antigua Grecia. Las palomas eran llevadas al lugar de los hechos, eran soltadas, y al cabo de un tiempo, corto o largo, según la distancia, llegaban con el mensaje a su hogar de origen, a su palomar.  Hoy en día en las competiciones de palomas mensajeras debido a los adelantos técnicos hay un registro muy estricto de las mismas. Todas las que compiten tienen su chip que las identifican. En las competiciones se controla la hora de salida y la hora de llegada y así se determina la ganadora. Amar el arte de la colombofilia supone gusto y una gran entrega, que a su vez devuelve a  los aficionados la alegría y  satisfacción de ver el hermoso  vuelo en libertad de esta candorosa ave.











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