martes, 10 de enero de 2012

LA VERDADERA ALIANZA

Hace varios años a algunos políticos se les ocurrió la feliz idea de crear  una organización que llamaron, "LA ALIANZA DE CIVILIZACIONES". Una buena idea que no debe quedarse solamente en la expresión literal. La búsqueda de la verdad  y de los elementos que a esas civilizaciones les pueda unir, sería muy interesante. Maurice Crouzet, hace años, publicó LA HISTORIA GENERAL DE LAS CIVILIZACIONES. Interesantísima obra que desvela los entresijos históricos, políticos y culturales de las diversas civilizaciones que a lo largo de la historia han existido. Pero vamos a dejar de lado esos puntos de vista y centrarnos por un momento en algo que a lo largo de la historia de la humanidad ha estado presente en todas las civilizaciones y que sería un eslabón de unión de las mismas, sacando lo mejor que las une en el pensamiento y en la acción.  Los gobiernos siempre hablan de política, de economía, de un bienestar social que buscan para todos, pero que a veces se queda en simples palabras cuando estando de por medio el dinero corrompe los corazones. El más astuto engaña al más necesitado,  como  hacía el Lazarillo de Tormes con su amigo ciego,  que mientras el granuja comía de tres en tres uvas,  al ciego le daba dos. Hay valores que son eternos y que han sido comunes a toda civilización desde tiempos inmemoriales, y bien  desarrollados son lazo de unión, de armonía,  de comprensión, de entendimiento y de paz entre todos. 
 ¿ En qué se fundamenta una alianza de civilizaciones.? ¿De qué se trata? ¿ Cual es su fin?  Cuantos objetivos pueden perseguirse a través  de esa idea creadora. El respeto del derecho a la vida.  La libertad del ser humano a escoger su destino. La búsqueda permanente de la paz. La aceptación de que cada país descubra sus propios valores.  Reconocer en los pueblos su manera de pensar, su religión, su forma de vida.  En todas las culturas hay valores morales que hacen el hombre de bien. Decía Confucio " Cuando veas a un hombre bueno, imítalo; cuando veas a uno malo reflexiona".  Siempre han existido en la sociedad personas que se les reconoce por  la grandeza de su pensamiento,  por su justicia, el amor al prójimo, por su valentía, por su sabiduría etc. Se trata de descubrir aquello que une a unos y otros, que son muchas más cosas que las que los separan. El hombre de bien existe en todas las civilizaciones, busquémosle. El día 11  de diciembre de  2011,  en la ciudad de Doha, Qatar, se llevó a efecto el IV foro de la Alianza de Civilizaciones bajo el título " El diálogo intercultural como impulsor del desarrollo". Asistieron 2500 delegados de distintos países. Ojalá que ese diálogo entre la diversidad de culturas y  sociedades sirva de acicate en la búsqueda de un mejor bienestar social.  Otro ejemplo de este anhelo en la búsqueda de la  unión entre la diversidad de pensamientos, se había llevado a efecto el día  27 de octubre de 2011, cuando el Vaticano celebró en Asís, Italia, el " Encuentro Mundial Interreligioso por la Paz" al cual  invitó el Papa  a 300 personalidades, 200 no religiosas. Líderes de todos los credos asistieron a tal encuentro. En él estaba el gran rabino israelí, David Rosen,  el Patriarca de Constantinopla, Bartolomeo, el Arzobispo de Canterbury Rowan Douglas Williams, el profesor Wande Abimbola, representante de los cultos africanos. En el encuentro había también musulmanes, cristianos, judíos, budistas, taoístas, jainistas, bahais,  y representantes de religiones tradicionales de América y África, y cuatro intelectuales agnósticos. Son civilizaciones y tradiciones diferentes pero que se reunieron con un deseo y grito común, que no se puede usar la religión para justificar el terrorismo. El deseo de la LA PAZ, con mayúscula, es un anhelo universal.   En esa diversidad hay intereses comunes, y esa es la verdadera alianza. Los políticos deben poner  todo su empeño en dar pasos para que  la dignidad del ser humano no esté marginada por desigualdades económicas, por la pobreza o por la falta de educación. La educación universal es el mejor impulsor  del desarrollo, y el requisito infalible de la paz y la felicidad. Ojalá  que surjan muchas alianzas de civilizaciones y encuentros de buena fe,  que en su diversidad busquen un objetivo común, el crear un mundo mejor basado en el amor, la paz y la felicidad del ser humano, sin distinción de razas, credos y colores. Aplaudamos esas iniciativas y que se multipliquen en todas las naciones  para que al final haya  un mundo más hermanado.

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